En la historia de la monarquía francesa, siempre ha habido una figura que ha generado controversia y ha sido objeto de críticas y escándalos: la amante real. Estas mujeres, a menudo de origen humilde, se convirtieron en las confidentes y amantes de los reyes, ejerciendo una gran influencia en la corte y en la toma de decisiones políticas. Una de las más famosas y polémicas fue la marquesa de Pompadour, quien pasó de ser odiada por la corte a convertirse en la favorita del rey Luis XV, pero su destino final fue trágico: la guillotina.
Jeanne-Antoinette Poisson, más conocida como Madame de Pompadour, nació en París en 1721. Desde joven, destacó por su belleza y carisma, y pronto se convirtió en una de las mujeres más codiciadas de la sociedad francesa. A los 19 años, se casó con Charles Guillaume le Normant d’Étiolles, quien más tarde sería nombrado marqués de Pompadour. Sin embargo, su matrimonio no fue feliz y Jeanne-Antoinette pronto comenzó a buscar una forma de ascender en la corte.
Fue en una cena en 1745 cuando conoció al rey Luis XV, quien quedó encantado con su inteligencia y su personalidad. A partir de ese momento, Jeanne-Antoinette se convirtió en su amante oficial y comenzó a ejercer una gran influencia en la corte. A pesar de que su relación con el rey nunca fue apasionada, Madame de Pompadour supo ganarse su confianza y su amistad, y se convirtió en su principal consejera y confidente.
Sin embargo, su ascenso en la corte no fue bien recibido por la nobleza y la sociedad francesa, quienes veían a la “plebeya” Madame de Pompadour como una amenaza y la criticaban por su origen y su posición. Pero Jeanne-Antoinette no se dejó intimidar por las críticas y continuó desempeñando un papel importante en la corte, no solo como amante del rey, sino también como mecenas de las artes y las letras.
Durante los 19 años que duró su relación con el rey, Madame de Pompadour utilizó su influencia para promover a artistas y escritores, convirtiéndose en una de las principales impulsoras del estilo rococó en Francia. Además, fue una gran amante de la música y la ópera, y llegó a componer sus propias obras musicales. También fue una defensora de la educación y fundó varias escuelas para niñas en París.
A pesar de sus numerosos logros y su poder en la corte, Madame de Pompadour nunca dejó de ser odiada por la nobleza y los cortesanos, quienes la veían como una intrusa y una mujer de baja cuna. Pero su influencia en la corte era indiscutible y su relación con el rey se mantuvo fuerte hasta su muerte en 1764. Incluso después de su fallecimiento, Luis XV siguió honrando su memoria y le otorgó el título de “Dama de Honor” en la corte.
Pero el destino de la marquesa de Pompadour no fue tan glamuroso como su vida en la corte. Con la llegada de la Revolución Francesa en 1789, su nombre fue manchado y su retrato fue destruido. En 1793, junto con otros miembros de la familia real, fue encarcelada en la prisión de la Conciergerie y, finalmente, guillotinada, poniendo fin a una vida llena de altibajos y escándalos.
A pesar de su trágico final, Madame de Pompadour sigue siendo record