Un Ferrari 250 GTO de 1962 fue vendido el lunes por la noche en Nueva York por un impresionante precio de 51,7 millones de dólares. Esta subasta marca el precio más alto jamás pagado por un coche de carreras clásico.
Esta máquina de carreras clásica fue construida en 1962 por Pininfarina y fue diseñada para competir en la clase de carreras GT. El coche fue diseñado para ser una versión mejorada del Ferrari 250 GT SWB, un coche de carreras de época muy popular. El 250 GTO es único por su motor V12 de 3,0 litros y su diseño aerodinámico. El motor es capaz de producir una potencia máxima de 300 caballos de fuerza. Esta máquina de carreras clásica también es conocida por su capacidad de acelerar de 0 a 100 km/h en tan solo 5,4 segundos.
La subasta de este Ferrari 250 GTO de 1962 fue una de las más grandes jamás vistas. La subasta fue organizada por la casa de subastas de automóviles RM Sotheby’s en Nueva York. El coche fue subastado por un comprador anónimo, que pagó un precio récord de 51,7 millones de dólares. Esta subasta marca el precio más alto jamás pagado por un coche de carreras clásico.
Este Ferrari 250 GTO de 1962 es uno de los coches de carreras clásicos más preciados del mundo. El coche está equipado con un motor V12 de 3,0 litros, un chasis de aluminio y una carrocería de fibra de vidrio. El coche también está equipado con una transmisión de cinco velocidades, una dirección asistida hidráulica y frenos de discos en las cuatro ruedas. El coche también está equipado con una suspensión independiente delantera y trasera.
El dueño anterior de este Ferrari 250 GTO de 1962 era el coleccionista de automóviles de lujo y piloto de carreras, Sir Anthony Bamford. El coche fue adquirido por Bamford en el año 2000 y ha sido parte de su colección desde entonces. El coche ha sido restaurado y mantenido meticulosamente durante los últimos 20 años.
El Ferrari 250 GTO de 1962 es uno de los coches de carreras clásicos más deseados del mundo. Esta subasta récord demuestra el increíble valor de esta máquina de carreras clásica. No sólo es una joya de la ingeniería automotriz, sino que también es una pieza de colección única. Para los entusiastas de los coches de carreras clásicos, el Ferrari 250 GTO de 1962 es uno de los coches más deseables y preciados del mundo.